





Badalona, Barcelona
Carles Vinardell
Alfons Anguera
La situación del edificio rematando una manzana, junto a la autopista, fue fundamental en su diseño volumétrico, en el que pretendí:
1. La ocultación total de la inmensa medianera, que era la auténtica fachada de la ciudad desde la autopista.
2. El final convexo como proa de lo edificado, renunciando al perímetro cóncavo propuesto por el vial.
3. Una imagen rica pero unitaria desde los múltiples puntos de vista que ofrece la autopista –cuya posición elevada domina la visión de la construcción y cuya salida en este punto transforma el edificio en una puerta de la ciudad. Las tres torres, que engloban las siempre engorrosas terrazas, contribuyen a esta voluntaria monumentalidad.
Premio ciudad de Badalona 1988