Luis Racionero. Escritor y urbanista. Seu d’Urgell, Lleida, 1940

“De la nada nada puede hacerse”, escribió el epicúreo Lucrecio, dando a entender que después del Big Bang cualquier “creación” es combinación nueva de elementos preexistentes. Creación es ordenación en la jerarquía creciente de complejidad, tanto en literatura, música, economía como arquitectura. Más estilos, materiales y tecnologías constructivas están a disposición ahora que hace cien años; el acero y el cristal han cambiado la fisonomía del mundo, que antes era más orgánico por la sencilla razón de que las piedras pesan mucho. / Tengo para mí que el gran arquitecto del siglo xx es Frank Lloyd Wright, pero fue demasiado bueno para consolidar una escuela de seguidores. Es mucho más fácil copiar a Gropius o Mies porque el racionalismo es la repetición de cuatro formas y tres proporciones, en cambio Wright es un sutil orden en la complejidad y un respeto al entorno. / Todo esto para enmarcar mi opinión de que Tusquets es el más wrightiano de los arquitectos europeos, que ha tomado la antorcha de Alvar Aalto pero con una agradable plástica mediterránea. Que Tusquets se entendiera fácilmente con Dalí dice mucho a favor de su inteligencia y de su sentido del humor. / Entre el orden excesivo —que aboca en monotonía— de los racionalistas y el caos conglomerado —que se convierte en pastiche— de los posmodernos, Tusquets ha creado un estilo propio, un camino de en medio que toma lo mejor de ambos y que sostiene como lema no ser aburrido. El estilo es el hombre, viendo la obra de Tusquets uno no puede por menos que deducir que Oscar es un creativo divertido pero no superficial: conoce a fondo la historia y la técnica de su oficio.