Todo sobre la Varius

Juli Capella

On Diseño, Marzo 2001

 

Mayoría de edad de una silla excepcional

 

LA HISTORIA

Corría el año 1979 cuando al arquitecto y crítico milanés Alessandro Mendini se le ocurrió encargar un juego de té y café a once destacados arquitectos internacionales para ser producidos por Alessi. Entre ellos estaba un prometedor arquitecto español de 37 años llamado Oscar Tusquets. En 1983 se presentó públicamente la colección con gran eco mediático y ese mismo año el diseñador recuerda haber recibido el encargo de la empresa Mobilplast para hacer una silla. Tusquets cree que nunca hubiese recibido este importante encargo sin el aval previo de haber trabajado para una prestigiosa empresa italiana como Alessi.

Pero las fechas no cuadran, tal presentación no ocurrió hasta el mes de octubre de 1983, y consta que la primera Varius se presentó ese mismo año, imposible haber desarrollado un proyecto de silla en pocos meses. En realidad el contacto de Casas con Tusquets se inicia en 1981, como recuerda un currículo de la empresa, tal vez animada al conocer por la prensa que Alessi ya estaba trabajando con el arquitecto español.

 

EL DISEÑADOR

Oscar Tusquets  escribía en 1986: “Siempre pensé que todo arquitecto interesado en su profesión debería (aparte de lo del hijo, el árbol y el libro) tener la posibilidad de diseñar una silla a lo largo de su vida”. El deseo se cumplió. Tusquets Había sido fundador del Studio Per junto a Pepe Bonet, Cristián Cirici y Lluís Clotet. Con ellos también había fundado la productora B.D. Ediciones de Diseño, y por tanto estaba acostumbrado a editar él mismo sus diseños.

Justo ese año, 1983, Tusquets cerraba su etapa de colaboración de veinte años con Clotet,  iniciaba una nueva carrera en solitario, con un cierto desengaño de la praxis arquitectónica por su lentitud y burocracia. No fue hasta 1987 cuando, asociado con Carlos Díaz, retomó la arquitectura de forma intensiva. De ello podemos deducir que se hallaba plenamente dedicado a este proyecto como atestigua la ingente cantidad de bocetos, dibujos, maquetas y prototipos que hay sobre el mismo.

 

LA EMPRESA

La empresa procede de una saga de mueblistas barceloneses, la familia Casas. Fue fundada con el nombre de Mobilplast en 1961 por Isidro Casas, pero en 1966 sus hijas se hacen cargo de la empresa. Con licencia italiana introducen en España la tecnología del poliuretano expandido, e importan algunas piezas, pero en 1978 deciden crear su propia familia de productos. El primer encargo, por recomendación de  Bigas Luna es para los ingleses Jane y Charles Dillon. Precisamente en una cena en casa del cineasta, Humberto Ferrari, de Casas, conoce a Tusquets. Seguidamente, en 1981, le encargan una colección de sillas. El encargo consistía en crear una amplia colección de mobiliario de oficinas, pero que fuese versátil y también utilizable en ámbitos domésticos y equipamientos. Sin apariencia tecnológica manifiesta.

Otros colaboradores posteriores de la empresa han sido Afra  y Tobia Scarpa, Toshiyuki Kita, Bruce Burdick, Miguel Angel Ciganda, Alfredo Arribas o Rafael Moneo.

Casas es una empresa que combina avanzados procesos técnicos con acabados artesanales, siempre con proyectos de calidad. Esa es la filosofía de la compenetrada familia que está compuesta por las tres hijas de Isidro Casas, casadas a su vez con tres enamorados del diseño que trabajan en la empresa.

 

LAS CIRCUNSTANCIAS

Se trata de la primera silla diseñada por Tusquets para la producción en serie. También del primer encargo a un diseñador español de Casas. Y fue precisamente en ese mismo año, 1983, cuando la empresa decidió cambiar su nombre Mobilplast  por Casas, durante la presentación de  la colección Varius, en el Salón EIMU de mobiliario de oficina en Milán. Además de utilizar el nombre familiar evidenciando un compromiso personal en la empresa, se pensó en la mejor fonética de cara a una previsible expansión internacional.

En 1983 es también cuando finaliza, tras veinte años,  la asociación laboral de Tusquets con Clotet. El auge del diseño español se inicia y el mercado se encuentra en una clara fase expansiva. Al año siguiente se fundará el SIDI.

 

LA INSPIRACIÓN

Vino de la forma de un violín Stradivarius. De ahí el nombre de la pieza. Observándola atentamente, si desplegamos en un mismo plano asiento y respaldo, es fácil reconocer la forma de un violín, con sus características mordidas laterales. Pero la Varius, como todo proyecto de Tusquets, es fruto de complejas influencias, de la historia de la sillería, de formas artísticas, de su gestualidad personal, de su obsesión por los detalles constructivos, …

 

LAS CUALIDADES

Se trata de una silla polivalente. Tanto funciona para equipar oficinas, como amueblar casas. También para edificios públicos, equipamientos, y colectividades. Sus diversas versiones ofrecen un registro muy amplio al combinar el modelaje con tapizados y acabados.

Aunque no lo parezca, la Varius en su versión estándar de cuatro patas es apilable. Su configuración no evidencia, como suele suceder, esta interesante cualidad —bastante insólita en una silla de sus dimensiones y calidad— para ocupar menor espacio, tanto de almacenamiento y transporte, como de uso.

La Varius es una silla confortable, que cumple todos los requisitos al uso desde el punto de vista ergonómico. También es un modelo resistente, una vez solventado el sistema de fijación en la parte delantera, es una silla que puede renovarse completamente con un pintado y retapizado.

 

LA TECNICA

La estructura portante es de acero. La base del asiento  y respaldo de fundición de aluminio o fibra de vidrio recubierta de poliuretano flexible, que puede recubrirse con tela o piel . Los apoyabrazos van recubiertos de cuero. La producción no fue fácil. Se desarrollaron diversos prototipos, con proporciones y medidas que fueron ajustándose. La principal complejidad vino al querer mantener la delgadez  y sinuosidad de asiento y respaldo. ¿Cómo dar resistencia a una forma plana tan grande y a la vez tan delgada? La solución fue crear una carcasa resistente de aluminio ligera y recubrirla de espuma.

 

 

LA FAMILIA

La Varius se compone de una amplia familia de sillas. La original es la de cuatro patas (modelo 255). Existe una silla de secretaria muy ligera, con cinco patas con ruedas y sin apoyabrazos; un taburete alto, con apoyapies; una silla de trabajo y un sillón de dirección que incorpora un robusto apoyabrazos. Pero la familia ha ido creciendo: por ejemplo, una versión muy exitosa ha sido la de auditorios, colocada por primera vez en el Palau de la Musica Catalana, en Barcelona. El asiento tiene en su parte inferior un resonador Helmholtz, que permite, estando levantado, ofrecer el mismo grado de reverberación que una persona cuando la sala no está llena. Lo cual iguala las condiciones acústicas de la sala con o sin público. Otras versiones han sido la silla con mesita plegable, o la Extra de Varius, un sillón balancín que puede también fijarse sin movimiento. La mesa Alada fue también diseñada como complemento de esta sillería.

 

LAS INSTALACIONES

La Varius ha sido colocada en diversas sedes corporativas bancarias, como el Central-Hispano, el Santander o el Zaragozano; ha amueblado platós de televisión y sienta a muchos políticos y autoridades. Su versión de auditorio se ha colocado en más de 50 emplazamientos en España, incluyendo la sala de audiencias del Senado. Y también en Francia, Portugal, Italia o Suiza. La exportación de la serie se extiende hasta 25 países de todo el mundo.

 

EL RECONOCIMEINTO

El año que la Varius se presentó a los Premios Delta de Diseño Industrial (1984) organizados por el ADI-FAD, ganó el Premio de la Crítica, pero ninguno del jurado, que otorgó el Delta de Oro a un cortador de baldosas además de otros siete  Deltas de Plata. Sin embargo seis años más tarde los premios Iberdiseño la nombraron la mejor pieza española de los años 80. Y la concesión en 1987 del Premio Nacional de Diseño a la empresa Casas no fue sin duda ajeno al éxito de la Varius. Ha sido exhibida en numerosas muestras nacionales e internacionales, ha estado en el MNCARS o en el Centre Georges Pompidou y está presente en la Colección de Diseño del Museo de Artes Decorativas de Barcelona así como en el fondo de otros muchos museos.

También ha sido abundantemente copiada, y es fácil reconocer su característico respaldo o sistema portante en algunas colecciones.

Pero el reconocimiento que más satisface a productora y diseñador es el favor del público: la Varius ha sido generosamente apreciada en el mercado y hasta la fecha se han vendido más de 220.000 unidades, todo un récord en su segmento, dentro de la modesta historia del diseño español.

 

LA OPINION

La Varius ha cumplido 18 años, es mayor de edad y por tanto la ley ya nos permite juzgarla. No es exagerado decir que fue la primera gran pieza del arranque del diseño español. La que consiguió mayor reconocimiento en el momento. También fue la primera en conseguir compatibilizar éxito comercial con éxito cultural. Y sin duda una de las primeras aportaciones españolas de pleno derecho, al panorama internacional de diseño. Fue fruto de una feliz coincidencia, una empresa cualificada, respetuosa y sobre todo arriesgada, con un diseñador empeñado y brillante. Y todo justo en el momento adecuado de efervescencia del diseño español.

Hoy la vemos como una pieza madura, muy elaborada para su tiempo, con la firma inconfundible de su autor, con un buen equilibrio entre expresividad y contención. Después vinieron otras sillas de Tusquets, sin duda ingeniosas, y de Casas, sin duda interesantes; pero el milagro sinérgico Varius queda para la historia. ¿Habrán más?