Uli Marchsteiner, proyectos y recuerdos compartidos.
Enero 1995
Han sido muy pocas las personas que a lo largo de mi vida profesional me han ayudado en las tareas de diseño. Aparte de Jordi Ruiz, que lo ha hecho desde nuestros inicios hasta ahora, solamente Uli Marchsteiner permaneció durante bastantes años a mi lado con esta responsabilidad.
Hace unos 10 años llegó a mis manos un dossier que recogía los trabajos de un joven estudiante austríaco de la escuela de diseño de Linz, que acababa de obtener una beca para realizar un stage en un estudio de su elección, y él había elegido el nuestro. La escuela de Linz, en aquellos años, gozaba de un merecido prestigio. Hacía poco que con Lluís Clotet habiamos participado en el Forum Design de Linz, aquella memorable exposición en la que, junto a artistas tan heterogéneos pero tan relevantes como Castiglioni, Sottsass, Mendini, Merz, Czech, Rebeca Horn, Stern, Morris Lapidus o Raymond Loewy, contribuimos a ensanchar el concepto esclerótico, ortodoxo y ulminario de diseño. Varios de los entusiastas organizadores de la muestra enseñaban en la escuela de Linz, entre ellos los interesantes arquitectos del grupo Haus Rucker que construyeron el conjunto expositivo.
Pues bien, de aquella escuela venía aquel joven con un dossier de ejercicios académicos de lo más inquietante. La escuela privilegiaba el aspecto artístico, creativo y contestatario por encima de la vertiente puramente técnica y profesional y Uli era, en este aspecto, un alumno modelo. Nunca olvidaré que en una de sus performances "se lo montaba" en la cama con un televisor que proyectaba imágenes de Marilyn Monroe...; en fin, que vi algo en aquellos trabajos y acepté que viniese a nuestro estudio. Estuvo unos meses hasta que acabó la beca, volvió a Austria a terminar sus estudios, realizó con sus compañeros un viaje final de carrera a la Amerika mítica de la que realizon un sugerente film, obtuvo otra beca y volvió con nosotros, se acabó la segunda beca, pero para entonces ya le podía pagar algo y se quedó, se fue a realizar el servicio sustitutivo de la mili durante muchos meses, pero Barcelona ya le había enganchado.