Casa Staempfli.

El Cadaqués de Peter Harnden y Lanfranco Bombelli.

2002

Para el libro El Cadaqués de Peter Harnden y Ianfranco Bombelli. Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, Girona

He escogido esta casa porqué nadie lo había hecho antes, y porqué tuve la ocasión de visitarla repetidamente, aún estudiante, hace casi cuarenta años, pero podría haber escogido cualquier otra de la ingente obra que estos arquitectos desarrollaron en Cadaqués, porque de lo que me apetece hablar, aquí y ahora, es del conjunto de esta obra, de lo que me parecía entonces y de como la veo hoy.
     Cuando descubrí la obra de Harnden y Bombelli yo estaba trabajando en el estudio de Correa-Milá; su arquitectura, y por reflejo la de Coderch, me tenían totalmente deslumbrado; su influencia aún me persigue en la fase final de mi carrera. En el estudio de Correa y Milá también hacíamos bastantes obras en Cadaqués e, inevitablemente, las relacionábamos con las de Harnden-Bombelli. En aquellos días, su trabajo, aunque nos merecía muchísimo respeto, nos parecía muy alejado del nuestro. Un día Peter, al ver una pequeña ventana hexagonal en el muro de pizarra de la Casa Romeu (ventana hexagonal que justificábamos moralmente con la excusa de que así acortábamos la longitud del dintel pétreo), dijo que le parecía demasiado recherchée, una ventana demasiado recherchée. En cuanto Federico se enteró, todas las ventanas hexagonales que a partir de entonces se proyectaban en el estudio pasaron a llamarse recherchés. Era evidente que, con respecto al estilo moderno, nos tomábamos ciertas libertades, nos permitíamos ciertas bromas, que no encajaban con el modo de hacer de Peter y Franco, y, entonces estas menudencias nos parecían relevantes.
     Ahora, vuelvo a mirar estas fotografías, y lo veo de manera muy diferente; me parece que entre las magníficas casas de Coderch, las de Correa-Milá, y las de Harnden-Bombelli se da una corriente subterránea que las hace participar de una sensibilidad muy común, muy mediterránea (por muy sobado que esté el término), muy original. Estas casas llenan un capítulo glorioso de la arquitectura española; naturalmente están inmersas en la arquitectura que en aquella época se hacía en el mundo –Harnden y Bombelli eran artistas cosmopolitas, muy bien informados de la vanguardia artística internacional-, pero crearon un estilo propio, no mimético, nada provinciano. No estoy nada seguro de que hoy -tan bien comunicados, tan informados, con tantas revistas que publican los edificios estrella antes de que se terminen- podamos encontrar algo parecido.