La destrucción del Boia de Cadaqués es otro peldaño en la pérdida de patrimonio provocada por la estúpida -por simplificadora- Ley de Costas. No es lo mismo un chiringuito que un rascacielos, no es lo mismo asentarse a pie de playa que en lo alto de un risco, no es lo mismo una nueva construcción que una reliquia de hace casi un siglo. A lo largo de mi vida he navegado por las espléndidas costas de Turquía, de Grecia, de Croacia y de Italia. He dibujado y fotografiado muchísimas y beĺlisimas obras que deberian desaparecer con la estricta aplicación de la Ley. La mitad de la más pobre, y la más elegante, Costa Amalfitana debería derribarse. El Boia no era una belleza arquitectónica, pero la vida que generaba sí lo era. Y lo burócratas odian la gran belleza.Ésta es la cuestión.