Una variación de la silla Varius que diseñé para substituir las del Palau de la Música (que ya no eran originales de Doménech). El suelo inclinado de la platea del Palau me llevó a diseñar una interesante pata que se adapta a diferentes inclinaciones.

El asesoramiento de Cremer fue fundamental. El asiento tiene en su parte inferior un resonador Helmholtz, que permite, estando levantado, ofrecer el mismo grado de absorción de una persona, por lo que el tiempo de reverberación de la sala apenas se modifica cuando ésta no se llena. Este modelo de auditorio se colocó en más de 50 emplazamientos en España, incluyendo la sala de audiencias del Senado.