El encargo especificaba que debíamos basar nuestra decoración de los diferentes platos en las Cuatro Estaciones.

Mis cuatro decoraciones representaban la posición de la tierra, vista desde el sol, en los solsticios de verano e invierno y en los equinoccios de primavera y otoño.

En oposición al fanático localismo que caracterizaba aquel momento histórico, hice una representación universal de las cuatro estaciones. Cada posición de la tierra, o sea de cada plato, no se rotulaba con el nombre de una estación, sino por la fecha del año que definía tal posición ya que evidentemente el 21 de junio representaba el solsticio de verano solamente para el hemisferio Boreal pues para los habitantes del hemisferio Austral significaba claramente la llegada del invierno.

Por la misma razón, el globo terrestre se simbolizaba por el ecuador, los trópicos de cáncer y capricornio, y los meridianos, sin reproducir los continentes, lo que inevitablemente hubiese comportado que la mitad de la tierra no apareciera. Además esta representación geométrica y sutil del globo en el fondo del plato no entraba en conflicto con la disposición de la comida que pudiese servirse. La parte significativa de la decoración, que se distribuía en el ala, quedaba siempre a la vista.

(Fuera de producción)