(Proyecto no realizado)

Me enfrenté al típico desafío geométrico que plantean los chaflanes, que son los auténticos protagonistas del Ensanche Barcelonés. En este caso, estaba agravado porque el solar no alcanzaba a abrirse al patio de manzana. Solo contaba con una fachada.

La solución tradicional –dada la absurda ordenanza que obliga a ventilar directamente la escalera– era recurrir a un patio miserable. Por ello, me empeñé en ventilar todas las dependencias por la fachada, creando así una volumetría que acusase la simetría característica de los chaflanes históricos de la ciudad. Como en otros proyectos de esta época de desenfreno edificatorio, justo antes de iniciarse la construcción, el promotor, Johnny Regás, recibió una desorbitada oferta de compra del solar a la que no pudo resistirse. Johnny me aseguró que el comprador respetaría nuestro proyecto, pero no sucedió porque esto no ocurre jamás.

Otra experiencia frustrante. Todos nuestros proyectos están pensados para ser construidos y utilizados.