El terreno que nos ocupó estaba considerado parte como zona urbana intensiva y parte como ciudad jardín extensiva El objetivo principal del ordenamiento fue de índole paisajista, por considerar la ubicación del conjunto y las preexistencias ambientales del pueblo de Cadaqués principalísimos vectores rectores de la forma. Nuestro criterio fue que Cadaqués debía procurar conservar su silueta el máximo posible, a pesar de las inevitables edificaciones perimetrales. Desde el mar el pueblo se nos presentaba como un compacto conjunto blanco -rematado en su parte más alta por el dominante volumen de la Iglesia- situado en un anfiteatro de oscuros muros de contención de piedra pizarrosa, que se escalonaban por las montañas. Para preservar esta imagen nos disgustaba la proliferación de chalets blancos diseminados por los oscuros montes.

La agrupación de toda le edificación en un solo conjunto -ligado a la trama del pueblo pero siguiendo muy fielmente las directrices de los muros de contención en franjas horizontales- posibilitaba, además, la creación de generosas superficies de zonas verdes.