Black Moon fue mi colaboración en el Primer Concurso de Jardines Bilbao Jardín 2007. Para el evento se proyectaron unos veinte pequeños jardines efímeros situados en diversos emplazamientos de la ciudad. Aparte de los concursantes, fuimos invitados algunos artistas, algo consagrados, que debíamos hacer de jurado. Recuerdo a Ouka Leele, a Javier Mariscal y a los hermanos gemelos Ailanto, Iñaki y Aitor Muñoz.

Proyecté el Black Moon pensando particularmente en el disfrute nocturno. La sucesión de pilastras de casi dos metros de altura, desarrolladas en estrecha colaboración con la empresa Cerabella, era el elemento que iluminaba, ordenaba y personalizaba el jardín situado en un cruce de avenidas. El pavimento, los bancos para reposar y gozar de la visión de los Ophigon japonicus, –la vegetación del color de la noche, noche que se convirtió en el auténtico protagonista del proyecto–.

Al atardecer las huecas pilastras de cera se iluminaban por las siete gruesas velas que, a diversa altura, prendían en su interior. Solamente unas chispas de leds escondidos entre los japonicus completaban la escena.