La prestigiosa empresa italiana de muebles en cuero editó esta mesa mínima, de pequeñas dimensiones, pensada para trabajar en el ámbito doméstico. Empezaba la era yuppie y muchos se llevaban trabajo a casa. La estructura metálica se rigidiza con encuentros en “T” y se apoya sobre unos cilindros que a su vez hacen de ruedas para desplazarse.

    El sobre adopta la forma cóncava para adaptarse al uso y acaba, en su extremo derecho, convirtiéndose en un archivador, con diversas bolsas de cuero para papeles y pequeños objetos de escritorio. El cuero pues adopta tres estados: rígido en la base, acolchado en el sobre y suelto y flexible en el lateral. Este diseño formaba parte de la exposición “La mesa: deseo, dibujo, proyecto”, celebrada en Milán en 1983, donde diversos autores reflexionaban sobre este mueble tan cercano a la arquitectura.