Prefiero ser buena persona antes que genio

Juli Capella y Quim Larrea

Babelia. El País, Abril 1994

 

El arquitecto Oscar Tusquets publica su primer libro

Más que discutible

 

Tusquets ejerció de rebelde en la Escuela de Arquitectura, coqueteó con la gauche divine y fue el primer arquitecto posmoderno español sin mala conciencia de serlo. Ha tenido tiempo de crear abundantemente, ha consturido, ha restaurado, ha diseñado objetos, muebles, ha pintado a carboncillo y al óleo, ha decorado tiendas, ha hecho sus pinitos en grafismo y ahora, no satisfecho, se ha decidido a escribir. De momento un libro breve que recoge catorce ensayos que denomina "obsevaciones dispersas sobre el arte como discipilna útil", y que ha contado con una corrección de estilo de lujo, a cargo de Eduardo Mendoza, que ha  respetado su pluma coloquial.  Tusquets, siempre inquieto y polémico,  nada a contracorriente o mejor dicho, en solitaria dirección y con estilo libre, no sabemos dónde llegará pero seguro que a puerto lejano.

 

P. ¿Por qué escribir un libro?

R. Me lo he pensado mucho, he tardado 52 años. He visto que había cosas que no podía expresar con la arquitectura y el diseño, temas que salían a veces en conversaciones con amigos y tenian su gracia, que resultaban sugerentes y que he tenido la tentación de pasar a limpio.

 

-  ¿Le ha resultado fácil escribir?

- Para mí dibujar es el recreo y escribir es hacer los deberes.

 

- Es un libro que sabe a poco.

- Con el libro acabado  creo que es demasiado concentrado, la relación entre ideas y espacio de redacción para explicarlas es escasa, podría haberlo hecho con más calma y riqueza, quemo un poco las ideas.

 

-  ¿Esto quiere decir que habrán segundas partes o unas memorias?

- Memorias ordenadas seguro que no, pero introducir recuerdos para apoyar algunas ideas es posible. Había pensado en escribir un libro de mi relación con Salvador Dalí, pero me doy cuenta de que aquí ya hay  temas presentes. No descarto la idea de hacer otro libro pero tampoco lo preveo, en cualquier caso me apetecería más un libro novelado.

 

-  Ya que se atreve a escribir, explique su relación con la literatura, influencias, escritores favoritos,...

- No creo que me corresponda hablar sobre literatura.

 

- Sin embargo Beatriz de Moure fue su primera esposa y el apellido de usted dió nombre a la editorial que dirige.

- En todo caso diré que no me gusta la literatura de vanguardia, ni la literatura para literatos ni los ejercicios de estilo. Me gusta Navokov, Borges, Pla, Kundera,...

 

-  Entrando en el contenido del libro ¿refleja sus obsesiones?

- Absolutamente, se podía haber titulado "obsesiones" o "pasiones"

 

- Y está apoyado en numerosos ejemplos gráficos.

- Incluir fotos fue una decisión de última hora, yo no quería que se pareciese a las conferencias de arquitectos, que se basan en las imágenes más que en las ideas. Quería hacer un esfuerzo por explicarme lo suficientemente bien para no necesitar fotos. Y además, como en un capítulo hablo de las limitaciones de la fotografía, me parecía absurdo apoyarme en lo que criticaba. A los arquitectos el aspecto visual nos pierde, y hay que disciplinarse. Pero al final me convencieron de que valía la pena poner referencias que ayudasen a quienes no identificaban las obras citadas.

 

-Al principio afirma que "es un libro de seducciones y no de denuncias" pero hay una buena ración de picota.

- No me gusta nada que parezca un libro de crítica, no creo que lo sea.

 

- Con inteligencia e ironía van cayendo, el comunismo, la bauhaus, el márketing, los edificios intelignetes, los vuelos aéreos, los políticos, la fotogenia, las vanguardias, los jurados, la jubilación adelantada,...

- Pero en el otro lado de la balanza pongo cosas interesantes. Para mi es un libro de amores y no de críticas ni de ajuste de cuentas. Incluso me preocupé de que las ilustraciones que salían fuesen bonitas, que no hubiesen referencias negativas.

 

- En el libro, se hable de lo que se hable, siempre subyace una cierta relación de amor-odio hacia la arquitectura.

- Siempre he tenido una relación conflictiva con la arquitecura, es un arte durísimo. Hace 28 años que lo  explico, es la puta más cara que puedes tener, es una arte lentísimo de gestación y que sufre una moda banal y velocísima. Cuando estudiaba estaba convencido de que había dos personas que iban a acabar con la arquitectura y el diseño. La arquitectura iba a sucumbir en manos de un matemático vienés llamado Christopher Alexander que había introducido unos potentes ordenadores, y con el diseño el argentino alemán Tomás Maldonado con los postulados de la escuela de Ulm, en contra del diseño italiano. Estos señores hoy son dos momias que nadie recuerda, a no ser que sea como antiguedad.

 

- Consideras tu obra arquitectónica incomprendida?

- He dejado absolutamente de interesar a la crítica, estoy pasado de moda. Fui un arquitecto pionero del posmodernismo y esta arquitectura está ahora pasando su travesía por el desierto. Cuando uno se implica en un éxito así, tal vez desmesurado, después paga las consecuencias. La úinca forma de estar de moda algún día es seguir haciendo lo que haces y esperar a que te llegue el momento. En mi arquitectura me siento entendido por el público y por mis clientes, no por la profesión y los críticos.

 

- Además de la arquitectura en el libro se entremezclan otras disciplinas.

- La cocina me interesa y me parce muy cercana a la arquitectura, tienen una gran diferencia: el tiempo de creación y disfrute, breve en una y largo en la otra, pero les une una dependencia de lo útil, que las convierte en dos artes muy sanas, tanto es así que nunca ha habido cocina o arquitectura conceptual, un papelito sobre el plato que ponga "esto es un solomillo o una sopa". 

Encuentro que la "nouvelle cuisine" es muy parecida a la arquitectura posmoderna, ambas tuvieron un éxito arrollador que superó al ámbito de los profesionales. Aunque hoy defender la "nouvelle cuisine" es una causa perdida, ahora no salimos de la cocina de la abuela, es un tema un tanto aburrido. En mi pasíon por la gastronomía también influye que llevo viviendo 11 años una gran chef de concina, Victoria Roqué que ha incentivado esta pasión que ya tenía por el comer.

El cine también me interesa, pero reconozco que he pasado de tragarme tres películas al día y viajar a Paris y Perpingnan para ver películas checoslovacas subtituladas en húngaro, a verlo hoy en día de una forma totalmente desapasionada.

 

-En el libro hay dos personajes que reciben el calificativo de "Maestro": Dalí y el arquitecto Coderch.

- Se lo merencen de forma indiscutible. Aunque también he tenido la suerte de conocer a otros personajes geniales, sin duda los diseñadores Achille Castiglioni, Vico Magistretti, los arquitectos Hans Hollein, Louis Khan, los diseñadores de moda Giorgio Armani, Isey Miyake. De todas formas la proximidad nos ofusca y no es posible apreciarlo con claridad, pero he constatado visos de genialidad en Antoñito López o Philippe Starck.

 

- ¿No se usa demasiado la palabra "genial"?

- No creo, estamos en una época de desmitificación y no de creación de nuevos mitos, por eso es tan aburrida.

 

- Un personaje presente en varios capítulos es el arquitecto Federico Correa.

- Él fue quien me abrió los ojos y me ha enseñado más de arquitectura, estuve tres años trabajando en su estudio en constante adoración. Él ha sido quien me ha enseñado a razonar seria y rigurosamente sobre temas aparentemente frívolos.

 

- ¿Qué le pasa con los aviones?

- Tengo una particularísima relación  de repudio que va desde el trato paternalista de las compañias, las esperas, las estrecheces, los comandantes con Ray-ban dando informaciones que nadie les ha pedido, el arte de mimo de las azafatas, las bandejas incomestibles,... Creo que de aquí a unos años nos daremos cuenta de esta tomadura de pelo.

 

- ¿Y los edificios inteligentes?

- Deberían corresponderse con proyectos inteligentes, que ponen las ventans donde corresponde, que se resguardan del sol en la cara sur, etc. pero no es así. El que tenga maquinitas y relés es sólo una banalización del concepto. En verdad un edificio inteligente es el que deja espacio para cables, el que diga otra cosa miente, y es que las máquinas son tan tontas que aún necesitan cables, el día que funcionen por ondas ya no hará falta ni eso.

 

- ¿La gente del marketing nos ha estado tomando el pelo?

- A mí no, porque nunca he invertido en eso, pero si a mucha gente. Siempre me dicen que es que he tenido mala suerte y no he dado con buenos técnicos en marketing, eso ya me lo decían de joven cuando comencé a tener serias dudas sobre la religión católica,  mi amigo Lluis Clotet me decía que es que no había encontrado al sacerdote adecuado.

 

-  La Bauhaus y Walter Gropius...

- Gropius fue un mal arquitecto, esta es una verdad que no se dice, a no ser en una cena después de las copas; fue un divulgador, un pedagogo, pero jamás un artísta, eso no tiene discusión posible. En cuanto a la Bauhaus, tenía esa vertiente academicista, de olvido de la historia, higienista, de proyectos para personas sanas y virtuosas -como si el mundo fuese sano y virtuoso, con barrios sin casas de putas-,... ese puritanismo centroeuropeo que a mí me cae tan gordo.

 

- Los jurados y los premios también reciben en el libro...

- Nunca me han apurado los premios, no nos movemos por esto, ningún premio te da la alegría de los royalties conseguidos por un diseño. Me los tomo un poco a broma, no me opongo a recibirlos pero tampoco me emociono, ni me disgusto si no me los dan.

Los premios amenudo se aprovechan para castigar a los colegas. Hay situaciones incomprensibles, como los proemios Goya, que nunca ha recibido Almodóvar, sólo equiparables a la injusticia por fin resuelta de los Oscar con Spielberg.

Ser jurado, cuando lo he sido me ha parecido una función dificilísima y muy desagradable. No entiendo como algunos compañeros se apuntan reiteradamente y con entusiasmo.

 

- Su opinión es reticente a las vanguardias.

- Este término engloba dos conceptos, por un lado la novedad en el acto creativo, donde podría estar Velazquez; y por otro el periodo de principios de este siglo, de ruptura con lo anterior, de invención voluntaria y programática. Eso fue interesante, creativo y divertido durante 20 años, y más allá se convirtió en algo soporífero. La imposición constante de novedad para un artista es francamente negativa. El deseo de novedad, enseñado ya en la escuela como disciplina  es un mal camino.

 

- Entonces ¿cómo se avanza en el arte?

- Como se ha avanzado siempre, no de forma lineal sino con escalones. Hay gente dotada que destaca y aporta algo nuevo. Aunque mejor dicho, en el arte no se avanza, el arte se mueve, pero no avanza, eso está clarísimo. ¿Entre un friso de Palas Ateneas y una escultura de Henry Moore qué es más avanzado y qué más primitivo?

 

- ¿Por qué afirma que en el arte hay poca diversión sin figuración?

- Constato una realidad que me parece evidente. Y cuando hablo de diversión me refiero a algo muy serio y profundo. No se trata de ir a aprender con el arte, hay que ir a divertirse. Y ya se sabe, en el arte abstracto poca trascendencia, poco sexo, poco drama,... solo decoración.

 

- Usted hace apología del artista virtuoso.

- Existe una diferencia entre el creador virtuoso que tiene facilidad, y el tortuoso y empeñado. Y la crítica es mucho más beningna con los trabajadores empedernidos que con los habilidosos. Tiene mucha mejor crítica Espartaco que Curro Romero. La facilidad ha irritado siempre, y eso puedo decirlo yo que no la tengo.

 

- Y para llegar a ser un genio ¿es necesario ser mala persona?

- Este es un tema muy serio que me obsesiona, y en el que no se suele decir la verdad. La figura arquetípica del genio que ayuda a la humanidad, que supera sus egoismos particulaeres, es de una falta de conocimiento o de sinceridad que asusta. En la disyuntiva ¿vale más ser buena persona o buen artista?, no hay una solución fácil si no interrogantes muy preocupantes para un creador. Yo he optado por intentar ser buena persona, conformado o no; soy más esposo, amigo y digno, que arribista. Y desearía pensar que se puede ser afable, generoso, y emborracharse y soltarse sin perder la cualidad de artista. Pero sigo teniendo mis dudas.

 

- ¿La edad aminora la ambición?

- No. Hay arribistas de 80 años que aún intentan arrancarte un encargo sea como sea.

 

- ¿Para triunfar hay que estar siempre en pose y promocionarse o sólo cuenta el talento?

- Dalí, que fue un avanzado de las relaciones públicas y la autopromoción, cuando no había periodistas o gente alrredeor, descansaba. Pero ahora hay muchos creadores que no pierden ni un ápice su compostura y estan actuando todo el rato.

 

- El ser humano ¿que prefiere, la belleza o la utilidad?

- Es evidente que la belleza es un sustantivo muy poco utilizado en la crítica del arte, pero sin embargo es lo que mueve la humanidad, el ansia de belleza, que yo no distingo claramente del ansia de sexo. El pavo real es un animal absurdo, pero que despierta admiración. Una bamba jamás anulará la necesidad de que hayan zapatos de tacón alto, porque la función de un zapato no es sólo camianr si no muchas otras cosas, el uso de una casa no es sólo cobijar, ni el uso de una tetera sólo hervir agua,... Hasta los pueblos primitivos cuando hacían una taza tenían la necesidad de empezar a estudiar su perfil y su decoración. Los jeans son prendas incómodas pero absolutamente bellas y eróticas, por eso las lleva la gente.

 

- ¿Existe la erótica de la creación?

- El sexo es uno de los motores trascendentales de la creación artística, aunque hay quien lo depura o quien lo muestra más directo. En mi silla Gaulino he intentado que hubiese erótica, aunque no sé si lo he logrado porque no es fácil.

En el mundo no todo es funcional, y desde luego la erótica no lo es. Tiene razón el Papa al decir que es antinatural, inútil, no sirve para procrear, es pecado; al igual que tiene razón María Corral al sacar el arte figurativo de su Museo, los dos son coherentes.

Pero con el sexo no admito bromas, soy totalmente trascendente, como George Bataille opino que la erótica está relacionada con la muerte y el sufrimiento, nunca nada humorístico me ha parecido erótico, es algo fragilísimo que no admite coñas, yo Tele 5 casi no la veo.

 

¿Y que otros motores tiene la creación?

- Yo dije una frase que siempre he sospechado que me la había copiado Gabriel García Márquez en la época que eramos amigos, y es que en la vida lo hacemos todo para que los amigos nos quieran más; luego lo ví en algún escrito suyo, y pénsé que esto nos había salido en alguna noche de borrachera en Barcelona.

¿Por qué queremos hacer cosas en la vida? Un camino era hacer grandes cosas para ganarse el pasaporte al cielo, pero el otro para gustar más a los amigos. Debo reconocer que cuando veo una obra emocionante de un amigo mío, tengo una gran alegría y lo quiero más.

 

-¿Detrás de cada creador hay una gran mujer?

- El 80% de los grandes creadores tiene una mujer que se encarga de todos los menesteres, y así ellos van sueltos por la vida. Es gente que valora tantísimo su obra que justifica que todos estén a su alrrededor a su servico. Una de mis grandes fustraciones ha sido no tener una mujer secretaria mánager, al igual que el que nunca me hayan hecho una propuesta seria para entrar en el Opus Dei o en el Partido Comunista.

 

-En ningún momento del libro se habla de dinero...

- Tal vez ahora sea el momento oportuno para no hablar de dienro. Reconozco que nunca he tenido dificultades, pero nunca he sido exclavo del dinero, en cualquier caso me interesan los royalties que gano para saber el grado de aceptación o no de un producto, pero no tanto por acumular dinero, en el banco no guardo nada.

 

- Tampoco se habla de política, aunque hay algunos apuntes peyorativos hacia los políticos. ¿quiere definirse?

- Es un tema que me aburre y no tiene importancia, hablemos de cosas más exitantes.

 

- Por ejemplo del trabajo ¿no es un poco ofensivo decir que se divierte trabajando?

- Para la gente que trabaja en algo que no le gusta, la vida se convierte en un mal rollo, es como tener que acostarse con una mujer que no te gusta. Lo que yo digo es que el progreso ha de llevarnos a que la gente se acueste con mujeres que le gusten, no a que no se acueste. Yo afirmo que nada es tan divertido como trabajar. Y el arquitecto está constantemente trabajando, observando, analizando, apuntando,...

 

- ¿Se podría decir que este es un libro reaccionario?

- Si, se podría porque lo dirán.

 

Pero en realidad es un libro sugestivo, divertido y cómplice, que destapa alguno de los engaños de la cultura oficialista y pretendidamente progresista que ha imperado en estos últimos años. Tusquets no cambia de chaqueta, y año tras año va madurando su obra creativa en una misma linea, también va acumulando una sabiduría que ahora ha decidido compartir en este libro, son sus ideas, expuestas con valentía e ingenio, no pretenden ser grandes verdades sino agudas observaciones y explícitas obsesiones. Pero en cualquier caso, son más que discutibles.