¿El desnudo integral de un cuerpo bello es siempre excitante y atractivo? ¿Valoramos los cuerpos de mujeres y hombres por lo que nos ha enseñado el arte o simplemente nos parecen más atractivos los cuerpos más sanos? ¿El ideal de cuerpo humano varía según las épocas y las modas o existen invariantes que se mantienen a lo largo de los siglos? ¿Pueden interpretarse con gracia cuerpos considerados académicamente feos? ¿Todo nuestro cuerpo es interpretable en pintura, escultura y fotografía o sólo lo ya resuelto en estas artes nos parece bello? ¿Existen posturas estéticas y otras inevitablemente feas? ¿Hay porciones de nuestro cuerpo agradecidas para los artistas y otras, en cambio, muy conflictivas? ¿Hay forma de inventarse nuevas posturas agradables y de representa estéticamente porciones corporales nunca antes resueltas?
En este libro –que va contra la desnudez, pero no precisamente contra el desnudo, como atestiguan el texto así como las significativas y excelentes ilustraciones– no esperen hallar una respuesta satisfactoria a estas complejísimas cuestiones; en sus páginas encontrarán estas mismas preguntas sólo que un poco extendidas.