A finales de 1983, Alessandro Mendini me propuso diseñar un frutero que, junto con una escultura del propio Alessandro, debían ser los únicos objetos dentro del ambiente que Studio Alchymia estaba proyectando para la Trienale di Milano.

En el conjunto de espacios domésticos ideales proyectados por diversos grupos italianos para esta exposición, el diseño de la Casa degli sposi le correspondió a Alchymia. La escultura de Mendini simbolizaba, de forma bastante explícita, el elemento masculino y el diseñado por mí debía aludir al femenino.

El plazo de tiempo resulto limitadísimo y, a pesar de la increíble “bravura” del modelista Sachi de Milán (que hizo el prototipo en madera a partir de unos esquemas y una pequeña maqueta de barro que le llegó destrozada), y de Cleto Munari (que cuidó la fundición), el objeto podía sin duda mejorarse, como así sucedió cuando decidí que la parte del reptil que quedaba por debajo de la bandeja se adivinase deformando el sobre. Más tarde Munari realizó diversas ediciones de esta escultura a diferentes tamaños.