Campana Camp, 1969

 

con Lluís Clotet

Producción: Polinax

(Fuera de producción)

Trabajando en el estudio Correa-Milá en el tema de la restauración, surge la preocupación por evitar los olores producidos en la cocina, y también por solventar otros problemas higiénicos parejos, como las condensaciones, manchas o vahos que se producen al cocinar. Como no encuentran ningún aparato satisfactorio en el mercado para solventar estos problemas, Clotet y OTB, sin apenas tener ningún diseño en producción, se atreven con la complejidad que supone idear una campana extractora de humos. Así crean en 1967 un primer prototipo, Camp, para la empresa Polinax, semejante a un imposible invento de TBO del doctor Franz de Copenhague, con una guía metálica sujeta a la pared que permite subir y bajar una campana de metacrilato transparente.

    La inspiración proviene del mundo de los laboratorios químicos: cajas de cristal con oberturas para manipular y con un extractor adosado. Los objetivos son cuatro: permitir una amplia visibilidad, conseguir el máximo rendimiento, facilitar la limpieza y ofrecer una ubicación libre. Se trata de un artilugio autónomo, independiente de cualquier tipo de mueble de cocina.