OTB diseñó esta pieza para un concurso de columnas publicitarias en Sevilla. La apuesta era muy arriesgada, pues reducía la superficie anunciadora en un tercio. En vez de la usual forma cilíndrica de base circular, se optó por una base lenticular que tuviese dos caras amplias donde colocar los carteles, ya que habitualmente éstos se leen sólo en dos direcciones, las de paso de peatones y coches, y no omnidireccionalmente. Y de paso se lograba adelgazar las normalmente excesivas columnas.
    Se perdía un poco de soporte gráfico, que normalmente no se ve ni se lee, y se ganaba espacio para la ciudad, como también reducía la contaminación objetual de las calles. Así lo entendió el Ayuntamiento de Sevilla, que eligió este estilizado modelo para la ciudad.