Hasta esa fecha, las habituales bancadas de aeropuertos o de zonas de espera eran simples sillas enganchadas una a la otra, o bien una gran viga sobre la que aterrizaban sillines y respaldos. Y a menudo se encontraban en un deplorable estado de manutención.

    La propuesta de OTB pretendía innovar en el sistema portante y ofrecer un producto confortable y robusto. Para ello integró el elemento horizontal de soporte como un componente más del conjunto, calculando su carga resistente en combinación con el resto y girado para recibir correctamente asiento y respaldo. Éstos se conforman, a su vez, con una estampación que le otorga volumen y resistencia, además de ergonomía. El troquelado de la chapa aligera el volumen general y ya puestos se aprovecha para otorgarle una sutil decoración.