Urbanización planteada con casas aisladas apoyadas sobre la prolongación del césped del campo que se extiende sin vallas divisorias entre solares. Obtener un mínimo de  intimidad era fundamental. Por este motivo, la casa, el garaje, la piscina y el anexo se articulan en diversos rectángulos que con sus giros protegen del viento y de las vistas desde calle. Mientras las dependencias principales miran a mediodía y al campo de golf, las de servicio miran a Norte y a la calle. En un punto de fuga, al fondo del jardín privado, una glorieta se cubre de glicinias en primavera.

(Fotografías de Lluís Casals)